Cuando te conviertes en profesor siempre te asaltan cuestiones del tipo: ¿Cómo será ese primer día de clase?, ¿y los restantes?, ¿cómo serán estos nuevos alumnos de la llamada generación alfa?, ¿cómo responderemos al cambio?, ¿cómo podremos enfocar el proceso de enseñanza- aprendizaje? y las preguntas podrían continuar hasta el infinito. De todas las mencionadas anteriormente quisiera destacar y reflexionar acerca de la tercera de ellas, por su relevancia en el marco educativo y por la preocupación que me genera como docente.
Es necesario un equilibrio entre la metodología tradicional del libro y el lápiz, por un lado, y el uso de libros digitales y procesadores de textos, por otro. Y lo estamos consiguiendo, mas aún podemos ampliar este gusto por el estudio, la lectura y la escritura fuera del centro educativo, por ejemplo, en el plano familiar, estudiando nosotros o hacerlo junto a ellos, llevando a nuestros hijos a una biblioteca o librería cercana y APOYARLOS, motivarlos a que lean o leer con ellos y compartir lecturas.
Asimismo, es fundamental que como profesores no perdamos nunca de vista que, aunque trabajemos con ordenadores, debemos atender el lado humano. El alumnado, en pleno proceso de conocimiento, ha de aprender valores y emociones como la frustración, la ira, la superación, el respeto, el optimismo, la empatía, etc.; pero sobre todo ha de ser RESPONSABLE de sí mismo, de sus actos, palabras y trabajo personal, porque la o el profe no lo suspende ni le tiene manía, el profesorado está ahí para enseñarle y acompañarle en su camino de aprendizaje. Dicho apoyo y responsabilidad individuales y colectivos que tanto repetimos deben ser activos e integrados en el aula.
Por último, y esto quizá es lo más preocupante, debemos cuidar nuestra salud, ya que actualmente y debido al mal uso de las tecnologías aparecen trastornos y patologías nuevas como “nomofobia, editiovultafobia, vamping, phubbing, text neck, vibranxiety, whatsappitis, selfitis, etc.”.Para conseguirladebemos educar en casa y en la escuela que es esencial un uso equilibrado de los dispositivos electrónicos antes de que sea demasiado tarde.
Todo lo dicho anteriormente se está logrando de forma progresiva, aunque no debemos dormirnos en los laureles y seguir mejorando cada día. Estas líneas que compartimos en este periódico son prueba de ello, son prueba de que nos preguntamos asuntos relativos a nuestra profesión y de que nos preocupamos por avanzar.
María Teresa Herrera Pérez. Echeyde 2