Uno de los aspectos más fascinantes y esenciales de la escritura de relatos es la trama narrativa. Por mi experiencia, puedo afirmar que es el ingrediente más complejo para abordar. El escritor debe seguir la historia que explica el conflicto de los personajes, sin perder el norte y manteniendo a los lectores al borde de su asiento en el viaje que los personajes hacen hacia el clímax.
¿Cómo abordamos la evolución de los personajes a través de la trama?
La historia vive por lo que sucede, a quién le sucede y cómo cambia esa persona a lo largo del relato. Para un escritor, construir una trama sólida significa entender que esta es, en esencia, la manifestación externa del viaje interno del personaje, pues constituye el corazón mismo de la narrativa.
Mi sugerencia para entrenar consiste en pensar en la trama como un conjunto de decisiones y sus consecuencias.
Toda buena trama nace de un conflicto, pero se desarrolla a través de las decisiones. Cada elección que toma un personaje lo revela, lo transforma y lo empuja hacia consecuencias y, por tanto, a nuevas situaciones que implican tomar nuevas decisiones. Así, la evolución del personaje y la progresión de la trama se alimentan mutuamente.
Por ejemplo, en Harry Potter, Harry comienza como un niño solitario que descubre su identidad como mago. Su decisión de enfrentarse a Voldemort en lugar de huir o quedarse al margen es lo que impulsa la trama. A medida que toma decisiones cada vez más difíciles (proteger a sus amigos, confiar en Dumbledore, sacrificar su vida), Harry evoluciona de un niño inseguro a un líder valiente y compasivo.
Un ejemplo perfecto es Enredados (Disney). Rapunzel, la princesa robada que crece en una torre toda su vida, DECIDE salir al mundo para descubrir qué significan las luces flotantes que ve cada año en su cumpleaños. Esa elección es un punto de no retorno: una vez que pisa el suelo fuera de la torre, su mundo cambia para siempre.
A partir de esa decisión, se suceden los acontecimientos: conoce a Flynn, escapa de los guardias, vive aventuras peligrosas y también momentos de autodescubrimiento. La trama no está «puesta» por el autor de forma arbitraria. Cada evento es una reacción a lo que Rapunzel y los personajes que la acompañan eligen hacer. Y esas elecciones la transforman. De una chica ingenua y temerosa pasa a ser valiente, autónoma y capaz de enfrentarse a la verdad sobre su origen.
Otro ejemplo claro es El Rey León. Simba, tras la muerte de su padre, huye dominado por la culpa. Vive años ignorando su identidad, hasta que, más adelante, DECIDE regresar al Reino y enfrentar a Scar. Esa decisión cambia el rumbo de la historia y marca su verdadera transformación: de cachorro asustado a líder legítimo.
Entrenar la mirada narrativa
Para jóvenes escritores que buscan mejorar en este sentido, es fundamental entrenar la conexión entre personaje y trama. Aquí van algunos ejercicios prácticos:
- Escribe el arco del personaje antes de la trama. Pregúntate: ¿cómo empieza este personaje emocional y mentalmente? ¿Dónde quiero que termine? Luego, diseña eventos que lo fuercen a confrontar sus creencias, miedos y deseos.
- Haz un mapa de decisiones. Elige un personaje y anota cinco decisiones clave que tomará durante la historia. A cada decisión, asígnale una consecuencia. Observa cómo se construye una cadena de eventos que conforma la trama.
- Reescribe una escena con una decisión distinta. Toma una historia que conozcas y cambia una elección crítica del protagonista. ¿Cómo cambia la historia? Este ejercicio muestra el poder de cada decisión en la estructura narrativa.
- Diálogos que revelan transformación. Practica escribir diálogos entre dos momentos de la historia, mostrando cómo cambia la voz, la actitud o la perspectiva del personaje.
En definitiva, plantéate que la evolución de los personajes es el eje vertebrador de tu relato: justifica y dirige la acción. Una trama sólida no es más que el reflejo de un alma en movimiento. Para todo escritor, especialmente los que están empezando, el reto está en alinear lo que el personaje es con lo que hace. De ese cruce nace la historia.