Este viernes visitamos el centro de Candelaria, donde los alumnos han podido a través de un pequeño juego didáctico, guiarse, orientarse y conocer nuestra preciosa Villa Mariana.

Dentro de la programación del Aula de Transición a la Vida Adulta del Colegio Echeyde II cobra una importancia capital las visitas y excursiones a contextos cercanos donde nuestros alumnos puedan desarrollar las habilidades necesarias para poder ser competentes dentro de las posibilidades y características personales de cada uno de ellos.

Empezamos localizando la Oficina de Información y Turismo, después de unas cuantas llamadas de teléfono y preguntado a la población local hemos podido encontrarla. Una vez dentro nos han informado de los puntos de interés más importantes y nos han regalado un mapa que nos ha servido para poder continuar las actividades que nuestros profesores habían preparado.

Siguiendo el mapa callejero que teníamos, no nos ha costado mucho llegar a la Plaza de la Patrona de Canarias ¡es enorme! Nos han contado que es el lugar donde se realizan las principales fiestas y eventos de la Villa, hace muchos años, cuando todo lo que nos rodea era una enorme playa de arena negra, se utilizaba como improvisado campo de futbol y de terrero de lucha canaria.

Nuestra visita ha continuado conociendo las alucinantes esculturas del artista lagunero José Abad, nos recuerdan el pasado aborigen de nuestra isla. Los Menceyes son hombres altos, robustos y muy fuertes que vivían en cuevas y utilizaban los recursos que la naturaleza les brindaba, vestían con pieles y elaboraban sus propias herramientas y bastones de mando, como símbolo de la jerarquía que ostentaban. Pero sólo ellos, los Menceyes podían llevar este bastón de mando.

Al final del paseo marítimo nos hemos encontrado con una cueva donde hace muchos años vivían los guanches, ahora la llaman la Cueva de los Camellos porque no hace muchos años era usada por los peregrinos que venían montados a camello a ver a la virgen.

Pero no debemos olvidar que todo lo que hemos visitado y aprendido, está construido en honor a la Virgen de Candelaria… “Cuenta la leyenda, que en el siglo XIV, dos pastores guanches mientras caminaban con su ganado por la Playa de Chimisay, encontraron una talla de una mujer con un niño en su brazo derecho y una vela verde, en el izquierdo, siendo este detalle el que luego le dará nombre de Candelaria por la candela que portaba.

 

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