Después de tres cursos como tutora en Educación Infantil, he sentido la necesidad de escribir sobre una etapa muy especial de mi vida: los años que tuve el privilegio de ser tutora en Aula Enclave. Fue una experiencia profundamente enriquecedora, inolvidable y preciosa, que dejó en mí una huella para siempre. Si bien cada etapa educativa tiene su encanto, el Aula Enclave fue un viaje personal y profesional que marcó mi forma de entender la enseñanza y el acompañamiento a cada uno de ellos/as en su proceso de aprendizaje.

Durante esos años, aprendí de cada uno de mis niños y niñas, quienes con su esfuerzo, entusiasmo y perseverancia me enseñaron lecciones muy valiosas que jamás podría encontrar en un manual pedagógico. Ellos me mostraron la importancia de celebrar los pequeños logros, de valorar los detalles cotidianos y de entender que el progreso, por mínimo que parezca, siempre es un gran paso adelante. Cada día en el aula era una oportunidad para sorprenderme, para verlos avanzar a su ritmo, enfrentando sus desafíos con valentía y alegría.

Lo que más valoro de esa etapa es la riqueza de cada experiencia compartida: momentos de aprendizaje, sí, pero también de emociones, risas y complicidad. Fue un recorrido en el que la paciencia, la empatía y la comprensión se convirtieron en herramientas esenciales. Cada uno de ellos trajo consigo una historia única, y acompañarlos en sus avances fue para mí un regalo, algo que me hizo crecer tanto como docente como persona.

Por supuesto, esta experiencia no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de las familias. A cada una de ellas, quiero expresar mi más sincero agradecimiento. Su confianza, implicación y colaboración fueron fundamentales para que el trabajo en el aula tuviese sentido. Compartir con ellos la ilusión de cada pequeño avance, afrontar juntos los desafíos y saber que remábamos en la misma dirección fue una parte esencial del proceso.

Ahora que miro atrás, siento una profunda gratitud por haber vivido esta etapa tan enriquecedora. Ser tutora de Aula Enclave fue una experiencia que me llenó de aprendizajes y emociones, y que siempre llevaré en el corazón. Aunque ahora estoy inmersa en el maravilloso mundo de la Educación Infantil, el Aula Enclave seguirá siendo un capítulo inolvidable de mi vida. Cada alumno, cada alumna y cada familia dejó una huella que me acompañará el resto de mi trayectoria, esos años serán un tesoro que llevaré siempre conmigo.

Mélani Peña González. Tutora de Educación Infantil en Echeyde Arona

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