Cuando somos pequeños y pequeñas y comenzamos en el cole se abre un mundo de opciones, opciones que no somos capaces de elegir ya que con 3 años solamente pensamos en jugar y pasarlo bien. Es entonces cuando actúan nuestros padres o familia. Son los encargados de elegir entre tantas posibilidades. Con posibilidades me refiero a actividades extraescolares. Muchas veces eligen entre aquello que les hubiera gustado ser, aquello que practicaban cuando ellos eran pequeños o simplemente la actividad extraescolar que más se ajusta al horario que les conviene por comodidad laboral.
En mi caso eligieron Danza Echeyde como opción. La verdad es que nunca supe por qué fue la actividad elegida, hasta este momento. Le pregunté a mi madre por qué lo hizo y me dijo que nunca paraba de bailar, que siempre lo hacía, hasta con los anuncios de la tele.
Fueron pasando los años y la danza siempre era una opción. Comenzaba el curso y me apuntaba a danza, comenzaba el verano y me apuntaba al cursillo y así año tras años.
Recuerdo con cariño varias cosas.
De la etapa de infantil recuerdo cuando nos cambiábamos de ropa en el aula para poder aprovechar el máximo tiempo posible bailando, también recuerdo aquella cola de tul naranja que cosían nuestras madres para actuar en el pabellón.
De primaria recuerdo el aprendizaje. Nunca tuve dotes naturales para bailar, todo era a base de esfuerzo. Proyectaba mis metas en bailar como alguna de mis compañeras ya mayores y me esforzaba, o eso creo.
De secundaria recuerdo con mucho cariño las relaciones forjadas con compañeras de Echeyde II y III. Como soy de los 90 las relaciones se establecían a corta distancia, sin móviles. No voy a negar que siempre hubieron algunos “piques” entre los coles, pero era propio de la edad, ya que los ensayos de Blume, Reyes Magos y Carnaval eran los más esperados, y todo porque nos uníamos y compartíamos los 3 colegios juntos.
Otro recuerdo que mantengo vivo son aquellos cosos y cabalgatas de la mano de otro de los grandes proyectos educativos del cole, Percusión Echeyde, quienes nos daban música para poder bailar por múltiples parte de isla. No nos hacía falta poner audio, ellos nos hacían bailar y disfrutar al ritmo de la batucada. Los largos trayectos bailando se convertían en momentos divertidos tanto que en una ocasión me pasé toda una cabalgata de Reyes Magos previniendo a Ventor de los excrementos de los animales ¡¡¡jajaja!!!
Llegó el momento de despedirnos del cole, se termina una etapa preciosa como estudiantes de Echeyde pero se abre una posibilidad de seguir vinculadas. El Club Deportivo Danza Echeyde. Un maravilloso proyecto educativo que permite a las antiguas y antiguos alumnos continuar formado parte del colegio. Nuestra misión es mágica, continuar bailando y aprendiendo pero sobre todo servir de ejemplo a la cantera Echeyde. Pasamos de ser aquellas niñas que bailábamos rodeadas de mayores, a ser las mayores que ayudan a la cantera Echeyde.
Dentro del club hay varias etapas, aquella en la que lo das todo y estás en tu mejor momento físico y aquella en la que bailas por amor a la danza y por y para las niñas y niños que comienzan su andadura.
Para bailar con disciplina y profesionalidad se requieren muchas horas de ensayos. Cuando digo muchas me refiero a infinidad de horas. Horas destinas a aprender y enriquecernos, horas en las que compartimos más con el equipo que con nuestras familias, horas que me han salvado de estar en la calle cuando era adolescente. Como les decía, un proyecto educativo que vas más allá de bailar.
No puedo acabar este blog sin hablar de Mensi y Miriam, responsables de mi trayectoria en Danza Echeyde. Siempre volcadas por el gran grupo, nunca por la individualidad inculcando en nosotras pasos de danza pero también valores. Hace 28 años me limpiaban los mocos, ahora compartimos experiencias personales.
Me siento afortunada por haber formado parte de Danza Echeyde como bailarina activa, pero más afortunada me siento de formar parte de Danza Echeyde desde la sombra, detrás de los escenarios.
Sin más, gracias mamá.
Amanda Meneses Ferrer, bailarina de Danza Echeyde