El origen del problema medioambiental de nuestros residuos comienza en el diseño de los productos que se comercializan.
En este primer artículo que ahonda sobre el origen del problema medioambiental que crea, en gran medida, nuestra basura, queremos abordar el principio del tratamiento de nuestros residuos.
Esta información, que ahora compartimos, ha sido obtenida a través de un profundo trabajo realizado a lo largo del mes de marzo, dentro de nuestra ambiciosa campaña orientada a concienciar sobre la importancia de respetar el medio ambiente y que ha sido llevada a cabo entre los alumnos de educación secundaria, principalmente.
¿Cómo se gestionan nuestros residuos?
Los residuos son competencia de las administraciones locales, de los Cabildos y del Gobierno de la Comunidad. Se realiza a través de concesiones de licencias a empresas responsable de su tratamiento.
Actualmente en las Islas Canarias no se puede hablar de una sola forma de gestionar los residuos. Todos nuestros desechos se clasifican atendiendo a la normativa que se crea en Europa para todos sus países miembros. Estamos, por tanto, sometidos a la legislación medioambiental que se decide en el Parlamento Europeo.
A cada tipo de residuo se le asigna un código europeo denominado LER (Lista Europea de Residuos) Cada empresa que se crea y se ofrezca como gestora de fracciones específicas de residuos debe obtener una autorización de las administraciones autonómicas para poder tratar diferentes tipos de fracciones de residuos. Una vez obtenido el permiso, serán las responsables del tratamiento, transporte, almacenamiento temporal, etcétera, de nuestros residuos.
La regla de las tres «erres».
La política en materia de residuos se basa en «la regla de las tres erres» (Reducir, Reutilizar, Reciclar) y a nivel insular en materia de gestión de residuos esta política se desarrolla a través del Plan Territorial Especial de Ordenación de Residuos. El PTEOR es un documento en el que se planifica a largo plazo cómo hacer frente a la gestión de las diferentes fracciones de residuos.
El problema de la gestión de residuos solo comienza en el diseño de los productos que se comercializan. El empleo de materiales no aptos para reciclaje o el inadecuado diseño contribuyen de manera clara a la generacion de residuos.
Por otra parte, si tomamos como punto de partida al consumidor, observamos que lo que es realmente importante para la gestión de nuestros residuos en la correcta separación en el origen de los mismos para evitar depositar en el cubo de la basura aquellos materiales susceptibles de reutilización tales como papel-cartón, envases, vidrio, entre otros. Por supuesto, esta acción se suma a la premisa de hacer un consumo responsable adquiriendo productos que generen poca cantidad de residuos.
Los problemas de la insularidad en el tratamiento de los residuos.
La insularidad en materia de gestión de residuos plantea un grave problema medioambiental derivado de la falta de espacio para disponer de infraestructuras para el tratamiento de los mismos. Este problema es especialmente grave en islas con alta densidad poblacional (como es el caso de Tenerife o Gran Canaria).
Por otra parte, esta característica, hace que la gestión de residuos sea mas costosa dado que habitualmente el ciclo de aprovechamiento del residuo (considerado materia prima) en un nuevo producto debe realizarse fuera de las islas. Salvo el papel que se recicla en Tenerife y el vidrio en Gran Canaria, el resto de fracciones han de ser enviadas a otras provincias de España, para su conversión.
Por todo lo indicado se hace necesario fomentar al máximo la separación en origen de los residuos para posibilitar que las empresas gestoras puedan implantarse en las islas cerrando el ciclo, es decir, transformando el residuo, como materia prima, en productos destinados a un nuevo uso.
¿Cuándo no podremos almacenar más basura en Tenerife si se sigue al ritmo actual?
Ésta es una de las cuestiones que nos debieran preocupar a todos los habitantes de las Islas Canarias. Como hemos comentado anteriormente, la insularidad supone un obstáculo añadido al tratamiento de los residuos, el espacio.
Hemos conocido que la construcción de una celda para almacenar el vertido conlleva un año entero de trabajo. Cada una de estas celdas debe cumplir con medidas de aislamiento para evitar filtraciones y consecuente contaminación del terreno. También, somos conscientes que no se pueden construir celdas infinitamente a medida que pasen los decenios.
El dato actualmente es indeterminado. No encontramos información exacta de cuánto tiempo y espacio dispone el Complejo Ambiental de Tenerife para almacenar los vertidos. Pero, teniendo en cuenta las dificultades de nuestra orografía y la poca disponibilidad de terrenos públicos para ceder al almacenamiento, nos queda claro que la política de almacenamiento sufrirá cambios.