Día Universal de los Niños y las
Niñas.
En 1956, la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero y se destinaría a actividades para promover el bienestar de los niños del mundo. El 20 de noviembre se conmemora la fecha en que la Asamblea General aprobó la Declaración sobre los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Por ello, el 20 de noviembre ha pasado a ser el Día Universal de los Niños y las Niñas.
Los derechos de la infancia se basan en cuatro principios fundamentales:
La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce que todos los menores de edad deben tener una protección especial y que no pueden ser tratados como adultos.
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La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos. Esto significa: todos los niños y todas las niñas, en todo caso, en todo momento y sin excepciones. No importa su raza, su religión, su procedencia o las ideas de sus padres. Ningún niño debe recibir un trato injusto bajo ningún concepto.
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El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para los niños y niñas. Cuando los adultos tomen decisiones tienen que pensar en cómo pueden afectar a los niños.
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El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir, a desarrollarse y a alcanzar su máximo potencial en la vida. Esto incluye tener derecho a cosas como una alimentación y alojamientos adecuados, al agua potable, a la educación, a la atención sanitaria, al juego y el descanso, a actividades culturales y a información sobre sus derechos.
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La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Esto no significa que los niños puedan mandar sobre sus padres ni decirles qué tienen que hacer. La participación debe ir aumentando conforme a la edad y es importante para que los niños y jóvenes alcancen la madurez.
La infancia es un periodo en cual se configura nuestra persona, y por ello, los niños han de recibir una educación de calidad, una nutrición digna, protección frente a las enfermedades, y un derecho al ocio que en muchas ocasiones, forma a este igual o más que la propia escuela. Como colectivo especialmente vulnerable, las leyes han de ser más severas en lo que respecta a los abusos frente a ellos, ya sean de cualquier tipo, y las instituciones públicas, han de velar por su bienestar y su amparo, garantizando sus derechos en cualquier circunstancia.
Queremos agradecer a todas las personas que, de una forma u otra, ayudan a que día a día los niños puedan crecer felices, asegurando un futuro a nuestra especie, respetando a los demás y por encima de todo, siendo felices, porque al fin y al cabo todos en mayor o menor medida, seguimos siendo niños.
Vídeo: Canal Echeyde